martes, 7 de septiembre de 2010

Los Fresas de Pueblo Viejo Veracruz



Ángel, Rafael, Francisco, 
Joaquín,
 Rodolfo, Manuel






LOS FRESAS

              " Los fresas " ( son " los fresas " no las fresas), era un grupo de jóvenes y jovencitas, bautizados así en los años 70's, que compartían gustos por la música, el deporte y una forma sana de divertirse. Eran los tiempos después de las olimpiadas de Montreal, Canadá. En la televisión se veían programas como The Partridge Family, Emergencia, Trilogía Policiaca y la vieja, pero aún en el gusto del público Hawai Cinco Cero, tiempos en que la película Tiburón se convirtió en la primera cinta en exhibirse de manera simultánea a lo largo de Estados Unidos, destacándose por su campaña publicitaria. En ese tiempo se comercializaron camisetas y dijes relacionados con la cinta, tal vez fue el inicio de la globalización. 
          
           Cuando la música disco subía en el gusto de la juventud, las tertulias y tardeadas estaban a la orden del día. Durante los fines de semana, estos jóvenes se reunían en casa de algún " fresa " y bailaban acompañados de la " tremenda " (consola ) y los " fantásticos " ( discos ), como decía mi buen amigo Rafael Valladares González. En los años del 75 al 78, después de cada tertulia se ponían de acuerdo para ver donde sería la próxima velada. Bailaban las melodías que escuchaban, las de moda. Siempre estaban pendientes de tener la música reciente así como los pasos del momento. Empezaban con las más movidas y terminaban con las calmadas, esas para bailar de " cachetito ", aclaro que no a todos se les daba el baile, como no a todos se les daban los deportes; otros preferían tocar algún instrumento musical, cada quien buscaba explotar al máximo sus cualidades, como en todos los grupos sociales la variedad en gustos y cualidades para ciertas disciplinas les enriquecía. 

          Les gustaba la música disco de Donna Summer, Silver Convention, Commoderes, el Grupo Tavares, entre otros. 

         Entre los integrantes del grupo de los "fresas " estaban : Olga, Norma y Laura Sobrevilla Navor; Nora Bertha, Patricia y Alejandro González Vizcarra, Heriberto García, Gregorio Cruz Lugo ( q.e.p.d. ), Pablo y Mario Novella Cruz, José Hipólito, Gilberto, Cristina y Polo Jiménez Velázquez, Rafael Valladares González, Irma Eugenia, Venus Aurora y Sebastián Anaya Navarro; Ángel y Cristina García, Sylvia Rivera Edwards, Eva Edwards, Dinorah, Costa, Abraham y Humberto Morato Gutiérrez , Denice Morato, Lorena Morato, Malú Fregoso, Julio, Teresa Rangel, Gilberto, Cándido Llado, Francisco Solano, Teodoro Medina, Clara Isaías, Carlos (q.e.p.d. ), Alberto Ortega, Antonio y Marco Tulio Pañeda, Julia y Rosa Reyes Ramírez , Eloína Arteaga, Rodolfo Barrios Gutiérrez " Ruddy ". 

              Tenían equipos de fútbol y de básquetbol llamados Juventus 76. A principios de los años 80’s su básquetbol fue tan bueno que año tras año representaban a Pueblo Viejo en los juegos campesinos, siempre ganaban las estatales y de ahí a los nacionales que también ganaban. Por esos tiempos en que se veía buen básquetbol en la cancha Lázaro Cárdenas, las " fresas " también tenían su equipo femenil de básquetbol, pero ellas sí, me comentan fuentes fidedignas, que no ganaron un sólo partido. Pero sin duda alguna, se veían muy bonitas con sus uniformes. El entrenador Miguel Sanggiante López ni con todos sus años de experiencia pudo levantar ese equipo femenil. 

           Con el paso del tiempo la amistad de aquel entonces se ha visto fortalecida, aún a pesar de la distancia.





Rodolfo Barrios Gutiérrez "Ruddy"     
    

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Tianguis del Parque de las Casitas


Escuela de Pintura Acuarela



-Papá vamos al Parque de las Casitas.
-Si espérame un momento y vamos.
No era la primera ves que se lo decía en esa soleada mañana de marzo de 2010, Lorena pidió ir al parque y no precisamente a jugar o a subirse alguna vieja resbaladilla, de esas que quedaron de  alguna administración pasada, si queda alguna resbaladilla de las que armaron hace mas de seis años.
-papá llévame al parque
- ¿para que quieres ir al parque?
-tengo veinte pesos y quiero comprarme una planta de flores- dijo entusiasmada la niña de siete años
- ponte los patines
-¿vamos a ir patinando? ¡Si!, ¡si!!, ¡si
-Si y apúrate, mientras voy por los míos.
Patinaron  tres cuadras y llegaron al Parque de las Casitas que se localiza en la avenida Venustiano Carranza esquina con José M. Morelos, de la colonia Venustiano Carranza, en la ciudad de Chetumal Quintana Roo, en este parque todos los sábados y domingos desde hace más de ocho años se establece el Tianguis del Parque de las Casitas, es el resultado de un proyecto elaborado por el Ing. Eduardo Chale Xool, se estableció durante el segundo año de mandato del Lic. Eduardo Elías Espinosa Abuxapqui. En este tianguis se pueden encontrar  productos como: plantas de ornato, macetas de madera y de otros materiales, productos del cocotero, dulces artesanales, peces, tortugas, iguanas, codornices y los preciados huevos de codorniz, artesanías variadas,  manualidades hechas en estambre y otros materiales, antojitos tan variados como la barbacoa estilo Hidalgo y las empanadas gigantes que prepara la Sra. Rosalba.
- papá cómprame un pez
- ¿que no venias por una planta?
-Si pero también quiero un pez
-Que te parece si mejor ponemos una escuela de pintura aquí en el tianguis para que los niños pinten aprendan y se diviertan mientras que sus padres pasean y realizan sus compras.
- ¿Y vamos a venir al parque todos los sábados y domingo?
- Si vamos a venir al parque….



En este relato describimos lo que hoy se oferta en el Parque de las Casitas, los Tianguistas del Parque de las Casitas espera su visita para seguir con esta tradición mexicana, todos los productos que ahí se venden son del municipio de Othón P. blanco y la Escuela de Pintura se llama Acuarela.
Gracias por su visita y seguiremos comentando del arte, cultura, tradiciones, personajes y costumbres de nuestros municipios. 

viernes, 27 de agosto de 2010

Calderitas Quintana roo



Calderitas, obra de la niña  Monserrat Medina Montejo (11 años)





La Ciudad de Chetumal, capital del estado de Quintan Roo, se localiza al sur del estado, en el municipio de Othón P. Blanco.
La ciudad es conocida como El Diamante del Sur, es la Puerta al Mundo Maya, para mi es la entrada a este bello paraíso llamado Quintana Roo.
A cinco kilómetros de Chetumal, viajando por la Prolongación Centenario o por el Bulevar Bahía, se llaga al poblado de Calderitas, Paraíso Gastronómico de la Costa Maya.
La costa de este bello pueblo es coronada por 23 restaurantes cuya especialidad  son los mariscos, destacan entre ellos por sus platillos y servicio los restaurantes: “El Charalito” que es atendido por su propietario Apolinar Gómez Cruz,  actual presidente de la Unión de Restauranteros, “El Pez de Oro” atendido por su propietario Fernando Balam Cocom y “La Aurora” atendido por su propietaria Aurora Reina Balam Uh.
Visita calderitas  y en sus restaurantes disfrutarás de los platillos del mar, podrás nadar en las tranquilas aguas de la bahía, te divertirás en sus playas, disfrutando de los hermosos paisajes y la cordialidad de los caldereños.

miércoles, 25 de agosto de 2010

La Justificación de un Proyecto Hecho Realidad




El poblado de Calderitas es el paraíso gastronómico de la Costa Maya, cuanta con un buen numero de restaurantes distribuidos a todo lo largo de la localidad, situados en su mayoría entre la calle Oaxaca y la Bahía de Chetumal, esto le da una belleza peculiar, que los niños y niñas tendrán que descubrir, interpretar y plasmar en un lienzo, a la ves que aprenden esta disciplina artística, van creando conciencia de este paraíso y lo comunican a todo aquella persona que admire sus obras, los niños son el presente y este es el momento preciso para guiarlos, educarlos y entregarles las herramientas con las cuales se fortalecerán, permitiéndoles forjar un mejor futuro para ellos y su comunidad. Por lo que es necesario pintar los paisajes de calderitas al acrílico.

martes, 8 de junio de 2010

Casa de la Cultura de Calderitas Quintana Roo


 Lorena Beatriz Barrios Magaña, en su obra nos muestra la Casa de la Cultura de Calderitas









La exposición Los paisajes de Calderitas al acrílico fue inaugurada el viernes 30 de abril, a las 17:00 horas, en la Casa de la Cultura de esta población, en el marco de las celebraciones organizadas por la Secretaría de Cultura de Quintana Roo con motivo del Día del Niño.


Esta muestra pictórica es resultado del taller impartido por el Lic. Rodolfo Barrios Gutiérrez, patrocinado por la Secretaría de Cultura de Quintana Roo y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, a través del Fondo de Cultura Infantil.


sábado, 8 de mayo de 2010

El Pescador V

Amanecer en la Bahía de Chetumal,  Playa Artificial de Calderitas, Quintana Roo.
Fotografía de Giovanni Francisco Barrios Magaña 



Atardecer en La Laguna de Pueblo Viejo, Ver.
 Fotografía de  Joaquin Rodolfo Navarro Barrios




El Pescador V

Más adelante escucharon cantar un papán y otros, a lo lejos le contestaron, mientras escuchaban las aves y contemplaban la grandeza del Tamacuil una de las cañas se arqueó por la fuerza de un gran tirón, instintivamente los tres voltearon y vieron un gran pez que salió del agua, como impulsado por un resorte en un gran salto, arqueándose en el aire tratando de zafarse a como diera lugar del anzuelo que ahora lo unía a la línea y caña de Gabriel, el pez solo cayó para dar un nuevo salto, al momento que Rudy detenía el motor, el pez dió un tercer salto ya con menor fuerza.
-¡ Que fortaleza de animal !.- gritó Gabriel al momento que le daba línea.
-Trabájalo, dale línea y en cuanto puedas recoge, pero sobre todo, mantén la calma y disfruta. – Le comentó Rodolfo mientras tomaba el canalete y remó solo para no dejar el bote al garete, evitando con esto que un ligero viento los acerque a la orilla.
El pez jalaba y Gabriel le daba línea, luego su fuerza disminuía y aprovechaba para recuperar línea apoyando la caña en el abdomen la levantaba, para después girar la manivela del carrete al momento que bajaba la caña, esto se repetía una y otra vez, pero en momentos, el pez tomaba nuevos bríos y forcejaba siempre con una fuerza en decadencia, con una fuerza amainada por el agotamiento, se rindió un momento, dejándose guiar a un costado del bote, Ruddy, metió la red al agua y sacando el robalo, quien ya demasiado tarde, en el bote y bajo la estiba, siguió luchando por su libertad.
-Con este son tres los robalos que tenemos.-comentó Ruddy mientras se preparaba para arrancar el motor. Ya con más confianza, Ruddy siguió las instrucciones de su hermano y le dió un jalón efectivo al motor, el cual encendió al primer intento, siguieron su camino y más tarde dieron vuelta para emprender el regreso. Gabriel tomó el motor y le dejó la caña a Ruddy, pero de ahí hasta la salida del Tamacuil solo se le prendieron dos truchas de dos kilos cada una. Las truchas luchan y forcejean pero no saltan como los robalos. Ruddy prefiere pescar robalos por el espectáculo que ofrecen cuando sienten el anzuelo y saltan, pero para comer prefiere un buen filete de trucha, su carne blanca y suave es muy sabrosa. Al salir del Tamacuil recogieron los señuelos y Gabriel aceleró el motor. Ahora Rodolfo y Ruddy viajaban en la proa.
- ¿ Como le hace para saber donde están los peces ? – preguntó Rudy a su padre.
- Es de suma importancia que encuentres tu vocación, tu razón de ser en la vida, tu misión, es algo que no cualquiera logra, pero aquél que encuentra la razón para la cual fué creado, disfruta de la vida porque hace aquello que haría aún sin recibir un centavo a cambio, se apasiona, aprende y se convierte en un experto en su trabajo y entonces el éxito llega por añadidura.
- ¿ Y cuál es mi misión en la vida ?
- Eso solamente tú la podrás encontrar, a mi me gusta y me apasiona la pesca y es por eso que siempre he pescado, presiento los peces y con certeza sé donde los voy a encontrar, como si algo o alguien me guiara y me susurrara al oído, es un don que Dios me dió y al aprovecharlo me pongo en contacto con él.
-¿ Y en el pueblo hay personas que han encontrado su misión?
- Si, son muchos y están por todos lados, pero tienes que observar y los distinguirás por sobre todos, algunos son: Doña Irma Gutiérrez de Navarro es una gran partera y ha recibido a casi todo el pueblo, Don Tacho Navarro, su esposo que además de ser peluquero es gallero de corazón y siempre tiene gallos en su negocio, a la espera de alguien que quiera pelear sus gallos y apostar su dinero; Jorge Mar Pulido, que desde pequeño ha dibujado y es un gran Pintor; Don Luis Fernández, el carpintero de río que hace botes y embarcaciones de todo tipo; Don Rafael Hernández, el "Chale" es un gran pescador, así como ellos hay muchos más que han logrado el éxito haciendo lo que les gusta.
- ¿ Y como don Manuel que siempre busca tesoros ?
-Él es eléctrico y tiene su taller a un lado del taller mecánico del "Tilico", pero le ha dado por buscar tesoros, ha consultado libros antiguos en la ciudad de México y hasta brujos de Catemaco, Ver. pero según sé, no ha logrado encontrar algo de valor hasta la fecha.
- ¿ Y hay tesoros enterrados?
- Puede ser. El año pasado cuando la draga Pánuco trabajó en el canal que se encuentra frente al muelle, el lodo era depositado entre el pescador y la laguna, acompañando a éste se veían cascajos, maderas viejas. Y fué uno de esos días cuando ví a un trabajador sacar de entre ese lodo una moneda de oro, tan pronto la tomo lavó y guardó entre sus ropas, después de eso con mucho disimulo, a diario, reviso los desechos del dragado pero no ví que encontrara otra. Cuando el río suena es por que agua lleva, dice un proverbio, por eso cuando escuches algo no lo deseches y busca su comprobación. Hay que escuchar y observar, hace tiempo en el campo que se encuentra frente a "El Pesquerito", ya muy tarde, después de las doce de la noche, Rosendo Ramírez, el que todos conocen por "Chendo," vió que, de la nada se le apareció una serpiente dorada, pero no sabía qué, cuando se presenta una serpiente dorada es dinero que busca dueño y sin dudarlo tienes que arrojarle una prenda para que la serpiente se refugie y sólo entonces mostrará su esencia, pero a Chendo le dió miedo y en lugar de tirarle el sombrero, corrió y busco refugio en el flamboyán, que se encuentra a un lado de la palma y no se bajó hasta que vió desaparecer la serpiente en el centro del campo que se encuentra frente a "El Pesquerito".
- ¿ Y has visto la serpiente ? –preguntó Rudy.
-No, pero cada año en los primeros minutos del día de la Santa Cruz, después de la media noche y en los primeros minutos del día tres de mayo, he visto en el centro del campo una llama dorada que dura unos minutos y después desaparece.
Por eso pienso que ahí si hay algo enterrado pero esto solo a ti te lo digo, y si podemos y Dios nos dá licencia el próximo tres de mayo buscamos la llama de color dorado y muy brillante.
-¿ Entonces hay riquezas en el campo donde jugamos ?
-Hay más riquezas en la laguna. En esta laguna y sus afluentes hay tanta riqueza que diariamente las redes en las charangas, los hilos, las atarrayas, cordeles, cañas y gafas para ostión, han entrando al agua para sacar su fruto, resultado del esfuerzo de los pescadores. El pueblo es de pescadores y ellos y su familia viven de lo que les da la laguna. Los pescadores no son pocos, los hay libres, socios de la "Cooperativa Única Regional de Pescadores" y los piratas, los socios pueden explotar cualquier marisco: pescado, jaiba ostión y camarón; este ultimo muy codiciado por el alto costo que alcanza ya que calidad en sabor es muy superior que el camarón de mar. Los libres se limitan al pescado y a la jaiba, en algunas ocasiones se les permite sacar ostión, con la condición de que lo entreguen a la cooperativa a un precio donde la ley de la oferta y la demanda, como algunas leyes, es raramente respetado. Los piratas esos sólo sacan ostión y lo comercializan en el mercado negro, para todos hay, cuando hay buenas mareas de camarón la abundancia se ve en todo el pueblo y sobre todo en sus cantinas.
Cuando pasaron frente a punta grande se retiraron de la orilla para evitar las piedras que se prolongan de la punta y se encuentran cubiertas por el agua, Gabriel se tapó con un impermeable, no llueve pero entre la punta grande y el pueblo por las tardes, hay vientos que levantan olas, cuando estás golpean con la proa del bote, se levanta el agua y con el viento moja la popa y a todo aquel que se encuentre en ella,  si no te quieres mojar, tendrás que taparte. En cuanto se acercan al pueblo las olas se hacen más pequeñas, hasta que momentos después dejan de mojar,  entonces "El Pesquerito" te queda al lado derecho y enfilan a él, detiene la máquina, el bote se acerca a la orilla se escucha la música de la rockola, ven a doña Tina, Madre de Ruddy y Gabriel, que ya impaciente esperaba el regreso de sus hijos; Rodolfo toma el canalete para ayudar a la inercia del bote, dá una remada y Ruddy tomando la bosa salta, toca tierra firme, amarra el bote y se estira para después ir corriendo a dar un abrazo a su mamá.
-Mamá, mamá.
-¿Que pasa?
-Papá y Gabriel pescaron robalos.
-¿Cuantos?
-Muchos, muchos.
-¿Y tú, que pescaste?
-Truchas, dos truchas grandotas, más grades que las que pesca el "Querreque" con su atarraya.
-Ayuda a bajarlos para que los vea.
"El Pesquerito" es un restaurante de mariscos con mucha tradición en Pueblo Viejo, lo administra Doña Agustina Gutiérrez Larios.




Rodolfo Barrios Gutiérrez  "Ruddy"                




viernes, 2 de abril de 2010

El Pescador IV


Atardecer en la Bahía de Chetumal, Quintana Roo, 
al horizonte se aprecia Belice


El Pescador IV





          La atarraya poco a poco bajó en el agua y mientras se hundía, la cuerda que la sujetaba se movía frenéticamente, de pronto saltó un gran pez rompiendo parte de la atarraya; otros dos saltaron , logrando escapar, gracias a que por su tamaño no podían ser atrapados por la malla. Rodolfo siguió luchando mientras Gabriel remaba, logró subir a bordo dos ejemplares que en conjunto llegaron a los 12 kilos. Una vez en el bote, los cubrió con una estiba para evitar que saltaran. 

- ¿No va a tirar otro atarrayaso?- preguntó Gabriel. 

- No, con uno basta, seguiremos, ya estamos entrando al estero de Tamacuil - contestó Rodolfo pensando en el gran orgullo que sentía por sus hijos mientras continuaban con su labor. 

-Gabriel llévate el motor- le pidió Rodolfo

          Gabriel, que se encontraba en la popa bajó el motor y llamó a Ruddy, pidiéndole que encendiera el motor. Rudy trató de jalar la cuerda, no lográndolo en su primer intento.

- No puedo, está muy pesada. 

- Gabriel contestó - inténtalo de nuevo

          Rápidamente volvió a jalar la cuerda del motor y no pudo encenderlo, era poca la fuerza para poder dar por lo menos tres carreras al par de pistones del motor de dos tiempos. 

- No puedo, arráncalo y luego me lo das para que yo lo maneje - pidió Ruddy 

- Yo lo enciendo pero quédate e mi lado y recuerda esto, si crees que puedes o no, estás en lo cierto. 

-¿Por qué? 

- Si crees que no puedes hacer algo te estás derrotando antes de intentarlo, tienes que tener la certeza de que puedes hacerlo y lo lograrás – continuó mientras encendía el motor- le pones el seguro para que a la hora de dar el jalón a la cuerda no se levante el motor y tu esfuerzo sea efectivo. Tomas la cuerda, jalas despacio hasta que sientas que la cuña de la cuerda se atore en el plato, lo mantienes y en este momento respiras profundo, teniendo la seguridad de que lo arrancarás y lo jalas con fuerza. – en ese momento jaló y encendió el motor. – ahora le quitas el seguro para que se pueda levantar la pata del motor, en caso de que se tope con un bajo o con un palo, bajas la velocidad y le mueves la palanca de velocidad hacia adelante. - El motor emitió un pequeño sonido seco, indicaba que la propela comenzaba a girar al momento que el bote se movía- ahora toma el brazo, acelera un poco y dirígelo a la entrada del estero. – Rodolfo que los miraba sólo sonrió. 

- De seguro que eso que me dijiste de concentrarme lo viste en el Chanoc o el Kalimán 

- No, lo ví en un libro que hablaba de un señor que inventó el automóvil. 

- Si tú sólo compras el Chanoc, el Kalimán y Tawa el Hombre Gacela. 

- Mi tío Pánfilo me prestó el libro, mira al frente no te distraigas - Gabriel continuó hablando mientras preparaba una caña - tú no ves revistas, pura televisión. Te sabes toda la programación del canal siete de Tampico: Cachirulo, Viaje al Fondo del Mar, Combate. 

- Hoy pasan los Locos Adams. - Y mañana sábado el box, ¿qué curricán le pongo a la caña? –Gabriel le preguntó a Rodolfo

- Uno grande es verde con los costados blancos, está dividido en medio, tiene tres grampines y paleta de acero al frente. - 

¿Éste? 

- SI, regúlale la paleta de acero para que trabaje a media agua que es donde prefieren andar los Robalos. 

- ¿Pero el curricán está grande? 

- Si está grande pero es mejor, entre más grande el señuelo más grande el pez que se anima a comerlo. 

- ¿Usted que le pondrá a su caña? - Una cuchara grande con un anzuelo y de color plateada. 

- Rudy preguntó.- ¿Por qué plateada? 

-Plateada se usa cuando el agua esta turbia y cuando el agua está limpia se usa dorada. 

- Pero aquí el agua siempre esta turbia. -Sí, pero hay aguas cristalinas como las del Mar Caribe, ahí las aguas son tan limpias que se puede ver bajo el agua hasta más de cincuenta metros. 

- Rudy se sorprendió tanto que dijo - algún día pescaré y bucearé en aguas del Mar Caribe. 

- Recuerda que si quieres, puedes, todo lo que esperas con certeza tarde o temprano te llega, y estoy seguro que un día conocerás el Mar Caribe - le dijo Gabriel. 

          Mientras platicaban checaban sus cañas, sus señuelos y los lideres. Los metían al agua para ver como trabajaban al entrar al estero de Tamacuil. Era la entrada al estero para ellos, la salida para dos botes que en sentido contrario viajaban al puerto de Tampico, a velocidad moderada, esos bote viajan los lunes y viernes al pueblo, llevaban algunos pasajeros y mercancía que comercializaban en Pueblo Viejo, otro poco lo llevaban a Tampico. Siguiendo una ruta que durante mucho tiempo ha servido de vía de comunicación entre las localidades del Tamacuil, Pueblo viejo y Tampico. Ellos metían a los maestros rurales a sus comunidades los lunes y los sacaban los viernes, comercializaban, leche, queso fresco, queso de cuajada, frutas de temporada, animales silvestres producto de la cacería como conejos y armadillos. En ocasiones pescado, no era raro verlos vender robalos y catanes asados o vivos, también se abastecían de mercancías, cerveza y gasolina. El bote de adelante lo manejaba su dueño Don Federico y el de color azul lo manejaba Don Rubén Mendiola. 

- ¿Comenzamos a trolear?- preguntó Gabriel. 

- Cuando pasen los botes bajan la velocidad del motor y entonces comenzamos a trolear. 

          Cuando bajó la velocidad del motor, metieron los señuelos y comenzaron a darles línea, teniendo de testigos los manglares y carrizos de la orilla del estero, que eran acompañados por las aves en su quehacer, su busca de alimento, sin afanarse y tal vez solo preocupándose de los pescadores, a los que miraban como intrusos en su paraíso. 

          Más adelante escucharon cantar un papán y otros a lo lejos le contestaron. Mientras escuchaban las aves y contemplaban la grandeza del Tamacuil, una de las cañas se tensó por la fuerza de un gran tirón. Instintivamente los tres voltearon y vieron un gran pez que salió del agua, como impulsado por un resorte en un gran salto, arqueándose en el aire tratando de zafarse a como diera lugar del anzuelo, que ahora lo unía a la línea y caña de Gabriel. El pez solo cayó para dar un nuevo salto.Al momento que Rudy detenía el motor, el pez dió un tercer salto ya con menor fuerza.

-¡Que fortaleza de animal! - gritó Gabriel al momento que le daba línea. Con esta exclamación prosiguió la lucha que se prolongó durante varios minutos. Gabriel por mantener su presa y el pez por conservar su vida

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Rodolfo Barrios Gutiérrez "Ruddy"              


                

lunes, 15 de marzo de 2010

EL PESCADOR III



Esta fotografía  es de diciembre de 1960, mi
 querida madre, Sra. Agustina Gutiérrez Larios
"Doña Tina" y un servidor, Rodolfo Barrios
 Gutiérrez "Ruddy", en la imágen al fondo ésta
 la Cooperativa Única Regional, a su izquierda
 la laguna, y a la derecha el Restaurante
 "El Pescador", pueden apreciar un angosto
 pero largo puente que unía el muelle con 
"El Pescador".





El Pescador III





 
       
 Rodolfo, Gabriel y Ruddy siguieron su camino rumbo al estero pasando cerca de un lugar enigmático en la laguna.

-¡Mira ahí esta la Cruz de Piedra!- gritó Rudy al ver el monolito. 


– Se cuentan relatos increíbles de este lugar. _ comentó Gabriel _ La Cruz de Piedra es una roca arenisca que sobresale del suelo y tiene la forma de un gran triángulo, en cuyo lado que da frente a la laguna se aprecia una cruz grabada por la erosión; cinco metros atrás de ella se encuentra un barranco, en el que se pueden ver las huellas de múltiples excavaciones. Se cuenta que toda persona que se acerca a ella y compara su altura con la cruz no la alcanzan, mucho menos la sobrepasan. Sin importar la estatura de la persona la diferencia entre ésta y la Cruz de Piedra es siempre constante. 


- Cuando la visitamos todos nos medimos y a todos nos falta la misma distancia para alcanzar la altura de la Cruz de Piedra - comentó Rudy. 


- Si, eso siempre pasa, toda aquella persona que compara su altura con la Cruz de Piedra, le falta la misma medida para alcanzarla. Ya trajeron a los más altos del pueblo y no le han podido llegar a su altura; en más de una ocasión han traído a Pepito el "Terrestre" y le faltó lo mismo que a cualquier persona de estatura promedio para alcanzarla.- le comentó Gabriel. 


- Pepito el "Terrestre" es un gigante el debe sobrepasar por más de un metro la Cruz da Piedra. Yo no le llego ni a la rodilla, lo ví en Tampico cuando íbamos a la Librería Janitzio y al pasar por el Cine Variedades ví cuando salió del Café Mundo y caminó delante de nosotros; la gente al verlo se hacía a un lado cediéndole el paso a la vez que volteaban hacia arriba para verlo. 


-Si, es un gigante, pero ni con su altura logró sobrepasar la Cruz de Piedra- Gabriel continuó- Dicen que por aquí está uno de los tesoros que escondieron los piratas y que la Cruz de Piedra es una referencia para encontrarlo; también escuché decir a Don Manuel, el eléctrico que tiene su taller a un lado del taller mecánico de el "Tilico", que frente a la Cruz de Piedra a unos doscientos metros de distancia del barranco, se hundió un barco pirata y su cargamento de oro y piedras preciosas quedó en el fondo de la laguna. 


- Yo tengo un visor podemos meternos y buscar el barco, - comentó Rudy. 


- Don Manuel nos quiso traer, pero papá se molestó comentándole que si es cierto lo que investigó, debe de tomar en cuenta que el oro pesa y se hunde en el lecho fangoso de la laguna y no lo podría encontrar. 


- ¿Entonces no lo podemos encontrar? 


- No, pero es probable que en algún otro lugar de la laguna el pirata Malagana o algún otro pirata haya escondido sus tesoros y algún día alguien los encontrará. 


          Siguieron en su plática tan concentrados que a Ruddy se le olvidó pedirle a su padre que le permitiera guiar el bote. 


          Faltando cincuenta metros para llegar al estero, Rodolfo detiene y levanta el motor fuera de borda, al momento que se dirige a la proa del bote, hablando emocionado, Gabriel y Ruddy no sabían a quien se dirigía.

_ ¡ Así te quería ver, de esta si no te escapas ! ¡ hace tiempo que esperaba esta oportunidad, y hoy no te podrás escapar ! 


          Tomó el canalete y se dirigió directo a Gabriel, que espantado no salía de su asombro, Ruddy por su parte estaba a punto de pegar un grito. 


-Toma vete a la popa y rema, tú ya sabes cómo, te guiaré desde la proa- le dijo Rodolfo a Gabriel con mucha más calma pero sin poder esconder su euforia. Gabriel y Rudy por fin comprendieron que había sentido la presencia de un futuro pescado que en ese momento, para su fortuna se les atravesó en el camino. 


          Sacó de un viejo costal una atarraya de unas cuatro brazadas de largo, sin alces que le permitieran embolsar a una presa, era una atarraya de malla grande y elaborada con hilo de seda, especial para los robalos. 


          Se paró en la proa con las piernas ligeramente abiertas como semejando a un pistolero del oeste, tenía la cualidad de ver en que lugar se encontraban los peces. Los que lo veían lo admiraban y los que no, lo creían loco. No eran pocas las ocasiones en que su cuñado Pánfilo le había dicho que cuando hablaba de pesca lo hacía como si tuviera amarrados a los peces. 


          La soga de la red se la amarró en la muñeca izquierda, en la misma mano tomó parte de la atarraya dejando solo los plomos y un extremo que le llegaba a la altura del muslo. Mientras tanto Gabriel seguía remando con lentitud y sin hacer ningún ruido, sabían que cualquier golpe del canalete con el bote los delataría, dejándolos al descubierto, tenían que ser muy cuidadosos. Todos callaban en ese momento; Gabriel, el bote, el canalete, la atarraya y Rodolfo eran un sólo ser en ese momento, Gabriel llevaba el bote solo con ver los movimientos de Rodolfo, lo dirigía al lugar preciso como adivinando sus pensamientos, sin lugar a dudas en ese momento se percibía una conexión en la naturaleza, respiraron profundo. Rodolfo giró hacia la izquierda tomando impulso para arrojar la atarraya, fue un tiro perfecto, el que aún sin verlo se imaginaban y esperaban. 


          La atarraya poco a poco bajó en el agua y mientras se hundía, la cuerda que la sujetaba se movía frenéticamente, de pronto saltó un gran pez rompiendo parte de la atarraya; otros dos saltaron, logrando escapar, gracias a que por su tamaño no podían ser atrapados por la malla. Rodolfo siguió luchando mientras Gabriel remaba, logrando subir a bordo dos ejemplares que en conjunto llegaron a los 12 kilos. Una vez en el bote, los cubrió con una estiba para evitar que saltaran. 


- ¿No va a tirar otro atarrayaso? — preguntó Gabriel. 


- No, con uno basta, seguiremos, ya estamos entrando al estero de Tamacuil - contestó Rodolfo pensando en el gran orgullo que sentía por sus hijos mientras continuaban con su labor.



Rodolfo Barrios Gutiérrez  "Ruddy"   

         

lunes, 8 de marzo de 2010

EL PESCADOR II


Rodolfo Barrios 
Saint-André 


II

Rodolfo bajó el motor fuera de borda de 25 caballos, le conectó su manguera, presionó la bomba para que cargara gasolina, sacó el ahogador, le dió tres jalones con fuerza, metió el ahogador, dió otro jalón y el motor rugió con fuerza. Rudy con su alegría de niño rió y tomaron rumbo al su de la laguna. La laguna en las mañanas es tranquila, sin viento, semejante a un gran espejo que refleja el cielo, nubes y aves; siendo perturbado sólo por la estela y olas que dejaba el bote al cortar el agua. El sonido del motor segaba los ruidos que todas las mañanas los despertaban. Ruidos tan familiares que para muchos, ya acostumbrados, eran imperceptibles, los sonidos de la ciudad de Tampico. Es curioso pero cuando hay neblina y la atmósfera está cargada de humedad se escuchan claramente sus locomotoras, las fábricas de la Isleta Pérez, barcos. El muelle fiscal con sus vías sobre las cuales se desplazan sus grúas de carbón, que en su incansable bajar y subir de mercancías, que llegan, salen, vienen y se van según su origen, su demanda y destino. Cuando iniciaron su aventura, muchos pescadores ya se encontraban en sus tareas, otros regresaban de sus labores Poco a poco el Restaurante “El Pesquerito”, negocio familiar dedicado a la venta de mariscos se fue quedando atrás. Al oeste la Punta de Malagana, lugar que debe su nombre a un pirata que asolara el pueblo hace ya mucho tiempo. Durante su recorrido de ida, tendrían siempre a su izquierda la ribera este de la laguna. Al alejarse vieron al pequeño pueblo con su "Cooperativa Única Regional de Pescadores”, los restaurantes: “El Pescador”, “El Pesquerito”, “El Villa Azul”, el centro de salud, el rastro municipal y sus barrios: el del Presidio, el del Cuartel Viejo, la Loma, la Fuente, un poco más al sur el rebollón y el cementerio. Al pasar frente a la punta vieron el grupo de charangas donde los pescadores de la "Única" sacan camarón. _ ¿Esas charangas son las de Malagana? _ preguntó Ruddy _ No, son de Punta Grande _ contestó Gabriel y prosiguió _ y aquéllas son las de Barranco Amarillo. ¿Ves aquellas isletas por el horizonte? _ ¿ Aquéllas que están muy lejanas? _ Son la isla del Tigre y La Isleta Grande, en ese lugar espantan por la noche. Cuando a un pescador pasa la noche cerca de ella es mejor amarrar el bote alejado de la isleta y que no se te ocurra dormir en la isleta. _ Hay duendes? _ preguntó Rudy. _ No sé _ contestó Gabriel_ pero en una ocasión fuímos a tirar el hilo, Fito Canta, Edgar y yo. Edgar se bajó a dormir en Isleta Grande, Fito y yo nos quedamos a dormir en el bote. ya pasaba de las 12 de la noche cuando comenzamos a oír gritos desesperados pidiendo ayuda. Nos apresuramos a regresar al lugar donde se encontraba Edgar y estaba boca arriba pataleando, no se podía levantar por más que tratamos de ayudarle, ni con nuestra ayuda cedió la fuerza invisible que lo mantenía presionado del pecho, evitándole que se levantara. Después de un minuto cedió y se pudo levantar, todos quedamos tan sorprendidos que inmediatamente nos subimos al bote retirándonos de la isleta y no pudimos conciliar el sueño en toda la noche, desde entonces no hemos vuelto a bajar a ese lugar una vez caída la noche.
_ ¿ Y qué fue lo que los espantó ? _ preguntó Rudy - Hasta ahora no sabemos, de lo que sí estamos seguro que fue algo grande, pesado e invisible. -¿Y dónde más espantan? – preguntó Rudy - Dicen que por las noches de luna llena, se ve un barco fantasma que parte de la Punta de Malagana, atraviesa la laguna con rumbo al Barranco Amarillo y sigue para el sur perdiéndose en la Cruz de Piedra. - ¿Ya lo viste? -No, pero mi tío Pánfilo ya lo vió de cerca, dice que el barco navegaba contra el viento y con las velas izadas. -¿Y no sintió miedo? – preguntó Rudy -No, mi tío Pánfilo Gutiérrez Larios no le teme a nada – continuó con su plática Gabriel –bueno, yo me imagino que no tiene miedo, porque en una ocasión hace ya muchos años cuando todos en la laguna se transportaban a remo, el salió a pescar con Efrén Constantino al que llaman "El Bolillo “y cuando regresaban por la ensenada, los dos remando, vieron que les seguía una panga que les dió alcance, se les emparejó muy rápido. Era una panga sin motor, sin remos y con solo una persona, sentada en el centro, se le acercó a Pánfilo que se encontraba en la proa y le pidió lumbre para encender un cigarro, Pánfilo le pasó su cigarro y cuando se lo regresó no le vió la cara pero se percató que sus manos eran demasiado finas y suaves. El fulano sin levantarse del centro de la panga, sin remos ni vela ni motor, se les adelantó y se fue sin el menor esfuerzo. Pánfilo trató de darle alcance y por más que se esforzó no lo logró. Cuando llegaron al pueblo "El Bolillo" espantado le dijo que era la última vez que salía a pescar con él y lo cumplió. Pánfilo solo rió y comentó. - Estoy arrepentido de no haberle pedido un aventón al fulano, ya que así, habríamos llegado más temprano y sin el menor esfuerzo. Siguiendo rumbo al estero pasaron cerca de un lugar enigmático en la laguna -Mira, ahí está la "Cruz de Piedra"- gritó Ruddy al ver el monolito. – Se cuentan relatos increíbles de este lugar, pero estos te los contaré en otro momento - contestó Gabriel.


Rodolfo Barrios Gutiérrez   "Ruddy"        

domingo, 28 de febrero de 2010

EL PESCADOR I


Mi padre Rodolfo Barrios Saint- Andre
 con mi madre Agustina Gutiérrez Larios
 y un servidor, en "El Pesquerito"


EL PESCADOR  I



          Un ruido intermitente lo despertó, mientras una luz le permitía ver un letrero, velocidad máxima 95 km/h, tenía el alba al frente y por la ventana veía solo el paisaje verde de la selva, nada parecida a la que conocía de revistas, libros o películas.

          Esperaba ver el mar, esperaba ver el agua que ahora solo le acompañaba en sus pensamientos, en su memoria. Él se preguntaba: _ ¿Cuánto le faltaba para llegar a su destino? _ ¿Qué tipo de vegetación era esa, en la que durante horas de camino, horas de trayecto, no veía un caserío? Esos caseríos que estaba acostumbrado a ver en otros viajes, en otros caminos, en otras rutas; aquí solo hay selva verde y cerrada, de grandes árboles que amenazan con cubrir la carretera, ¿cuál sería su olor? Si , por el momento sólo se percibe el desodorante de vainilla, que la noche anterior aplicaron al camión que hoy le llevaba a su destino. 

          Un letrero le sacó de su pensamiento, disminuya su velocidad, poblado próximo. Vió el poblado en medio de la selva, dividido por la angosta carretera, casas de madera, algunos con techos de guano y otros con láminas de zinc y una que otra palapa; pueblo que aún dormía rodeado de selva, donde al venado se resguarda del jaguar y aún el pavo de monte anida. 
-¿Cómo sería vivir en un lugar así, sin mar, sin río y sin laguna ?

          No se podía imaginar la vida en la selva ya que nació a escasos cinco metros de una laguna, que es afluente de un río muy caudaloso que desemboca en el Golfo de México, una laguna rica en nutrientes que le daban ese color verde, característico en algunas lagunas de Veracruz, abundaban en ella el camarón, ostión, pescado y jaiba. 

          Recordó que una fresca tarde de septiembre de 1968, a la edad de 7 años, ayudaba a su hermano Gabriel a limpiar uno de los botes cuando llegó su padre Rodolfo Barrios Saint-André, mejor conocido por todos como el "Güero" de Pueblo Viejo -Su padre les dijo-Mañana iremos a pescar al estero de Tamacuil. Gabriel, 10 años mayor que Ruddy preguntó: 

-¿Le preparamos todo? - Sí, pero con calma, ya casi todo está listo y sólo falta ir por la gasolina _ contestó Rodolfo. 

- Gabriel tomó la palabra - Lo de siempre, atarraya de malla sin alces para róbalo, y la atarraya de alces para pescado, dos varas, un canalete, dos viejas cañas de pesca, avíos, machetes, hacha, tortas, agua y refrescos. 

-Ruddy preguntó a su hermano Gabriel - ¿Por qué siempre llevamos tantas cosas Gaby? -No sé, pero así le gusta al viejo y si algo no le gusta es que lo cuestionen en cuanto a lo que lleva cuando de pescar se trata, pero date cuenta que no somos como los otros pescadores, nosotros vamos de paseo y pescamos. Mira, si nombras otro pescador aparte de papá que viva en el pueblo que use cañas y señuelos, te enseño a manejar el motor fuera de borda y dejo que mañana lo lleves un rato. 

-Rudy contestó emocionado- mi padrinoAlfonso Barrios 

- Con una leve sonrisa Gabriel contestó – tu padrino pesca con caña pero vive en Tampico, a unos pasos del muelle de metales. 

-Rudy que no se dá por vencido tan fácilmente, meditó un momento y volvió a contestar- Don Roque 
- Gabriel se carcajeó y trató de confundir a Ruddy – pero Roque Castillo es mecánico, repara motores fuera de borda. 

- Pero cuando sale a pescar es pescador. – Ruddy continuó hablando- déja que me lleve el motor, mi tío Pánfilo me enseñó a manejarlo, la otra vez que fuímos a comprar hielo a la fábrica "Libertad" llevé el bote de aquí hasta Tampico, pero de regreso no me dejó, dijo que el bote estaba más pesado pero yo nunca ví que lo cargara. 

- Gabriel le explicó - si, estaba más pesado por el hielo que traían y los barcos camaroneros que navegan el Río Pánuco andan a mucha velocidad, el oleaje que levantan es grande y si no sabes sortear las olas pueden partir el bote en dos. 

- Ruddy emocionado exclamó – cuando vamos al río me gusta sentarme montado en la proa y sujetarme fuerte de la roda, al entrar a una ola grande se hunde la proa y el agua me llega hasta la cintura, pero en la laguna es diferente es calmada y las olas son más pequeñas. 

-Gabriel intervino- pero no siempre, en la laguna aún en las partes más bajas con vientos fuertes del norte se pueden voltear los botes y les puede costar la vida hasta al pescador más experimentado, por eso con norte es mejor buscar la orilla y esperar. Recuerdo hace tiempo, cuando los socios de la Cooperativa Única Regional de Pescadores salieron a sacar ostión muy temprano, la lancha de la " Canano " salió como de costumbre, los pescadores se amarraron para que los remolcara hasta el lugar de pesca establecido, cuando estaban alejados y abstraídos en sus deberes un norte les tomó por sorpresa, segando la vida del "Polvorón", sólo Dios sabe lo que pasaron y sufrieron sus compañeros, cuando tuvieron que luchar contra la furia del norte y la bravura de la laguna. Por eso a la laguna de Pueblo Viejo se le admira, se le quiere y se le respeta. Se le admira por su belleza, se le quiere porque es nuestra, nos dá su frescura y sustento. Y se le respeta porque también tiene sus peligros. 

- Enséñame a navegar en la laguna - pidió Ruddy 

-Dáme el nombre de otro pescador - contestó Gabriel -Rudy contestó – no hay. 

- Si hay, y esos somos nosotros dos, pero como papá no hay otro. Nació en 1915 y desde que tuvo uso de razón, se dedicó a la pesca. Primero en la laguna y después en un barco huachinanguero en el golfo; de regreso a la laguna pescó de todo, sabe donde están los peces grandes y como encontrarlos, sus ojos verde claro pueden ver a través del reflejo en el agua y también a través del agua mas turbia, es por eso que siempre lo buscan los gringos, para que les sirva de guía cuando vienen a pescar al río Pánuco, las lagunas de Pueblo Viejo o de Tamiahua Saben que estando con él no recorren mucho, pescan buenos robalos y sábalos. 

Llegó la hora esperada del viaje al estero de Tamacuil, una vez cargado el bote subieron primero Rudy y su papá. 

Mientras ellos hacían palanca con el remo y una vara, Gabriel empujaba el bote con fuerza, para después saltar con la agilidad y destreza adquirída después de hacerlo tantas veces. Se alejaron de la orilla unos 20 metros, Rodolfo bajó el motor fuera de borda de 25 caballos de fuerza, le conectó su manguera, presionó la bomba para que cargara gasolina, sacó el ahogador, le dió tres jalones con fuerza, luego metió el ahogador, dió otro jalón, el motor rugió con fuerza, Rudy con la alegría del niño rió y tomaron rumbo al sur de la laguna.




Rodolfo Barrios Gutiérrez "Ruddy"