sábado, 8 de mayo de 2010

El Pescador V

Amanecer en la Bahía de Chetumal,  Playa Artificial de Calderitas, Quintana Roo.
Fotografía de Giovanni Francisco Barrios Magaña 



Atardecer en La Laguna de Pueblo Viejo, Ver.
 Fotografía de  Joaquin Rodolfo Navarro Barrios




El Pescador V

Más adelante escucharon cantar un papán y otros, a lo lejos le contestaron, mientras escuchaban las aves y contemplaban la grandeza del Tamacuil una de las cañas se arqueó por la fuerza de un gran tirón, instintivamente los tres voltearon y vieron un gran pez que salió del agua, como impulsado por un resorte en un gran salto, arqueándose en el aire tratando de zafarse a como diera lugar del anzuelo que ahora lo unía a la línea y caña de Gabriel, el pez solo cayó para dar un nuevo salto, al momento que Rudy detenía el motor, el pez dió un tercer salto ya con menor fuerza.
-¡ Que fortaleza de animal !.- gritó Gabriel al momento que le daba línea.
-Trabájalo, dale línea y en cuanto puedas recoge, pero sobre todo, mantén la calma y disfruta. – Le comentó Rodolfo mientras tomaba el canalete y remó solo para no dejar el bote al garete, evitando con esto que un ligero viento los acerque a la orilla.
El pez jalaba y Gabriel le daba línea, luego su fuerza disminuía y aprovechaba para recuperar línea apoyando la caña en el abdomen la levantaba, para después girar la manivela del carrete al momento que bajaba la caña, esto se repetía una y otra vez, pero en momentos, el pez tomaba nuevos bríos y forcejaba siempre con una fuerza en decadencia, con una fuerza amainada por el agotamiento, se rindió un momento, dejándose guiar a un costado del bote, Ruddy, metió la red al agua y sacando el robalo, quien ya demasiado tarde, en el bote y bajo la estiba, siguió luchando por su libertad.
-Con este son tres los robalos que tenemos.-comentó Ruddy mientras se preparaba para arrancar el motor. Ya con más confianza, Ruddy siguió las instrucciones de su hermano y le dió un jalón efectivo al motor, el cual encendió al primer intento, siguieron su camino y más tarde dieron vuelta para emprender el regreso. Gabriel tomó el motor y le dejó la caña a Ruddy, pero de ahí hasta la salida del Tamacuil solo se le prendieron dos truchas de dos kilos cada una. Las truchas luchan y forcejean pero no saltan como los robalos. Ruddy prefiere pescar robalos por el espectáculo que ofrecen cuando sienten el anzuelo y saltan, pero para comer prefiere un buen filete de trucha, su carne blanca y suave es muy sabrosa. Al salir del Tamacuil recogieron los señuelos y Gabriel aceleró el motor. Ahora Rodolfo y Ruddy viajaban en la proa.
- ¿ Como le hace para saber donde están los peces ? – preguntó Rudy a su padre.
- Es de suma importancia que encuentres tu vocación, tu razón de ser en la vida, tu misión, es algo que no cualquiera logra, pero aquél que encuentra la razón para la cual fué creado, disfruta de la vida porque hace aquello que haría aún sin recibir un centavo a cambio, se apasiona, aprende y se convierte en un experto en su trabajo y entonces el éxito llega por añadidura.
- ¿ Y cuál es mi misión en la vida ?
- Eso solamente tú la podrás encontrar, a mi me gusta y me apasiona la pesca y es por eso que siempre he pescado, presiento los peces y con certeza sé donde los voy a encontrar, como si algo o alguien me guiara y me susurrara al oído, es un don que Dios me dió y al aprovecharlo me pongo en contacto con él.
-¿ Y en el pueblo hay personas que han encontrado su misión?
- Si, son muchos y están por todos lados, pero tienes que observar y los distinguirás por sobre todos, algunos son: Doña Irma Gutiérrez de Navarro es una gran partera y ha recibido a casi todo el pueblo, Don Tacho Navarro, su esposo que además de ser peluquero es gallero de corazón y siempre tiene gallos en su negocio, a la espera de alguien que quiera pelear sus gallos y apostar su dinero; Jorge Mar Pulido, que desde pequeño ha dibujado y es un gran Pintor; Don Luis Fernández, el carpintero de río que hace botes y embarcaciones de todo tipo; Don Rafael Hernández, el "Chale" es un gran pescador, así como ellos hay muchos más que han logrado el éxito haciendo lo que les gusta.
- ¿ Y como don Manuel que siempre busca tesoros ?
-Él es eléctrico y tiene su taller a un lado del taller mecánico del "Tilico", pero le ha dado por buscar tesoros, ha consultado libros antiguos en la ciudad de México y hasta brujos de Catemaco, Ver. pero según sé, no ha logrado encontrar algo de valor hasta la fecha.
- ¿ Y hay tesoros enterrados?
- Puede ser. El año pasado cuando la draga Pánuco trabajó en el canal que se encuentra frente al muelle, el lodo era depositado entre el pescador y la laguna, acompañando a éste se veían cascajos, maderas viejas. Y fué uno de esos días cuando ví a un trabajador sacar de entre ese lodo una moneda de oro, tan pronto la tomo lavó y guardó entre sus ropas, después de eso con mucho disimulo, a diario, reviso los desechos del dragado pero no ví que encontrara otra. Cuando el río suena es por que agua lleva, dice un proverbio, por eso cuando escuches algo no lo deseches y busca su comprobación. Hay que escuchar y observar, hace tiempo en el campo que se encuentra frente a "El Pesquerito", ya muy tarde, después de las doce de la noche, Rosendo Ramírez, el que todos conocen por "Chendo," vió que, de la nada se le apareció una serpiente dorada, pero no sabía qué, cuando se presenta una serpiente dorada es dinero que busca dueño y sin dudarlo tienes que arrojarle una prenda para que la serpiente se refugie y sólo entonces mostrará su esencia, pero a Chendo le dió miedo y en lugar de tirarle el sombrero, corrió y busco refugio en el flamboyán, que se encuentra a un lado de la palma y no se bajó hasta que vió desaparecer la serpiente en el centro del campo que se encuentra frente a "El Pesquerito".
- ¿ Y has visto la serpiente ? –preguntó Rudy.
-No, pero cada año en los primeros minutos del día de la Santa Cruz, después de la media noche y en los primeros minutos del día tres de mayo, he visto en el centro del campo una llama dorada que dura unos minutos y después desaparece.
Por eso pienso que ahí si hay algo enterrado pero esto solo a ti te lo digo, y si podemos y Dios nos dá licencia el próximo tres de mayo buscamos la llama de color dorado y muy brillante.
-¿ Entonces hay riquezas en el campo donde jugamos ?
-Hay más riquezas en la laguna. En esta laguna y sus afluentes hay tanta riqueza que diariamente las redes en las charangas, los hilos, las atarrayas, cordeles, cañas y gafas para ostión, han entrando al agua para sacar su fruto, resultado del esfuerzo de los pescadores. El pueblo es de pescadores y ellos y su familia viven de lo que les da la laguna. Los pescadores no son pocos, los hay libres, socios de la "Cooperativa Única Regional de Pescadores" y los piratas, los socios pueden explotar cualquier marisco: pescado, jaiba ostión y camarón; este ultimo muy codiciado por el alto costo que alcanza ya que calidad en sabor es muy superior que el camarón de mar. Los libres se limitan al pescado y a la jaiba, en algunas ocasiones se les permite sacar ostión, con la condición de que lo entreguen a la cooperativa a un precio donde la ley de la oferta y la demanda, como algunas leyes, es raramente respetado. Los piratas esos sólo sacan ostión y lo comercializan en el mercado negro, para todos hay, cuando hay buenas mareas de camarón la abundancia se ve en todo el pueblo y sobre todo en sus cantinas.
Cuando pasaron frente a punta grande se retiraron de la orilla para evitar las piedras que se prolongan de la punta y se encuentran cubiertas por el agua, Gabriel se tapó con un impermeable, no llueve pero entre la punta grande y el pueblo por las tardes, hay vientos que levantan olas, cuando estás golpean con la proa del bote, se levanta el agua y con el viento moja la popa y a todo aquel que se encuentre en ella,  si no te quieres mojar, tendrás que taparte. En cuanto se acercan al pueblo las olas se hacen más pequeñas, hasta que momentos después dejan de mojar,  entonces "El Pesquerito" te queda al lado derecho y enfilan a él, detiene la máquina, el bote se acerca a la orilla se escucha la música de la rockola, ven a doña Tina, Madre de Ruddy y Gabriel, que ya impaciente esperaba el regreso de sus hijos; Rodolfo toma el canalete para ayudar a la inercia del bote, dá una remada y Ruddy tomando la bosa salta, toca tierra firme, amarra el bote y se estira para después ir corriendo a dar un abrazo a su mamá.
-Mamá, mamá.
-¿Que pasa?
-Papá y Gabriel pescaron robalos.
-¿Cuantos?
-Muchos, muchos.
-¿Y tú, que pescaste?
-Truchas, dos truchas grandotas, más grades que las que pesca el "Querreque" con su atarraya.
-Ayuda a bajarlos para que los vea.
"El Pesquerito" es un restaurante de mariscos con mucha tradición en Pueblo Viejo, lo administra Doña Agustina Gutiérrez Larios.




Rodolfo Barrios Gutiérrez  "Ruddy"